Hola! Quería dejarles algo...se trata de una "cosa" (no se bien como definirlo aún) que escribí..
Es la primera vez, bueno casi, ya que he publicado algunas cositas en un grupo #Lesathianos, dónde pareció agradarles; es una buena noticia! Pero prácticamente es la primera vez.
Tomar la decisión fue un poco difícil, y no estoy segura si esta correcta...aún asi..acá esta...
CAPÍTULO 1
MÁXIMO
Ella
Todo es desconocido para mi.
Reina el caos y solo
distingo habitantes de la aldea siendo arrastrados por el ejército,
o huyendo de sus hogares.
En
Karevia, la Nación del Agua, las cosas siempre fueron distintas.
Maestros del elemento agua
vivían en conjunto con los maestros aire, que llegaron a formar una
gran parte de la población.; ya que su nación quedó eliminada en
el siglo XX por la Nación del Fuego. Feuer. Mi nación.
Todos ellos emigraron hacia
Karevia. Fueron acogidos y habitan entre ellos desde el pasado siglo.
Por
otro lado se encuentran las dos más poderosas naciones. Feuer y
Evalla, la Nación
Tierra. Ambas llevan
compitiendo por el poder desde hace siglos, sometiendo a la perdición
a pequeñas aldeas para
formar un mayor ejército y tener más poder sobre el Reino.
La
historia manifiesta que solían ser cuatro naciones, una por cada
elemento.
Pero la búsqueda de poder
de la Nación del Fuego y la batalla continua entre ella y Evalla las
redujo a tres.
Camino
por la nieve, que en algún momento fue hierba fresca y verde.
Levanto la vista,
ahora todo es blanco y frío.
Hacia mi derecha los
guerreros de Feuer intentan atravesar la fina capa de hielo que antes
debió de ser un río.
Frente a mi, los habitantes
de ésta aldea son arrastrados por hombres de la Nación Tierra,
hacia los camiones, y desde allí serán transportados hasta Evalla.
¿Para
qué? No lo comprendo del todo.
Por lo que escuché Kassaik
mandó a su ejército a buscar en cada casa a los maestro aire.
Quiere reunirlos, enseñarlos a utilizar su elemento y volver a
formar la nación Meith.
Al menos eso nos hace creer.
Pero a mi no me engaña, sé
que detrás de ese verso hay crueles intensiones; y para mi, reunir
a los maestros del aire y
entrenarlos, no significa más que habrá una gran matanza.
Por esa razón retiro la
mirada en cuanto veo al ejército terrano llevarse a esa gente.
Centro mi mirada en un lugar
apartado, más allá de todo este caos y desorden, y diviso lo que
creo que es un cuerpo tirado de lado.
Me
acerco.
La nieve cruje bajo mis
pies. Corro.
Su
cabello castaño y largo esta suelto. Resalta en el blanco de la
nieve, a diferencia de su
pálido rostro que se funde
con ella; tanto que parece no tener vida.
Sin embargo si la tiene, veo
su pecho subir y bajar. Apoyo mi mano sobre su corazón, aunque
lento, aún late.
No se
que me lleva a hacerlo. Tal vez el hecho de saber que puedo ayudarla,
que tiene una
oportunidad que muchos de
aquí no la tendrán. O quizás se debe a demostrarme que no soy como
mi familia.
Levanto
su torso y apoyo la mano en su espalda. Esta fría.
Paso mi brazo por debajo de
sus piernas y la levantó de la nieve.
Los soldados de Evalla
continúan llevándose maestros del aire.
Rodeo
una casa y escucho gritos de desesperación. Niños que lloran al ver
a sus padres ser
arrancados de sus vidas,
jóvenes que luchan por no ser llevados, mujeres que ven a sus
esposos marcharse, chicas que gritan cuando las sacan de sus casa,
niños que son apartados a la fuerza de sus madres y padres.
Disparos. Familias destruidas.
La gente corre
desesperadamente por todo el lugar, con la esperanza de poder
escapar.
Pregunto
a alguien el nombre de la aldea en la que estamos, y raramente
responde antes de
seguir corriendo.
—Cavall.
Comienzo
a avanzar abriéndome paso entre la gente. Un hombre me golpea y
estoy a punto
de
perder el equilibrio.
La
mayoría se dedica a huir, gritar o llorar; todos temen por ellos y
están preocupados por sus familiares y amigos. Nadie se percata de
lo que hago. «Mejor así»
Pienso.
Excepto
una persona.
Una
mano fuerte me coge del brazo.
Vuelvo
la vista atrás y veo a un anciano.
—Sálvala,
—dice nervioso— dio su vida por protegernos. Ayúdala.
Me
pregunto que puede haber hecho esta chica para proteger a toda una
aldea, y qué sabía o
pensaría
ella que sucedería para querer protegerla.
El
anciano continua su camino con tranquilidad, resignado a ser
capturado.
Lo
entiendo, la gente mayor es consciente que no hay manera de escapar
de los ejércitos de Evalla y Feuer.
En
la popa del Silánoe, el barco metálico de la nación del fuego, el
frío se extingue y se
dispersa
el calor típico de la nación por todo el lugar.
Me
alegro por ello, aún no logro acostumbrarme a tan bajas
temperaturas.
Voy
hacia los camerinos, sé que Madame Rosaire estará dispuesta a
acoger a la chica por unos días.
En
la puerta de acceso a ellos, un guardia me detiene.
—No
esta permitido el ingreso de extranjeros al Silánoe.
—Déjeme
pasar.
—Lo
siento señor. No esta permitido. Los reclutados son transportados
por Evalla para...
—Nuevas
ordenes, —lo corto— soy Máximo Weasley, y voy a pasar.
Generalmente
no utilizo es apellido, pero aquí los nombres tiene poder sobre las
personas. Y ser “el hijo de...” tiene sus ventajas.
El
guardia flaquea. Miro la puerta detrás de su figura.
—Mis
disculpas, adelante. —Se aparta de la entrada y la abre.
Estoy
a punto de cerrar la puerta cuando habla.
— Señor
Weasley, —lo miro— aun así, la chica no...
—Se
queda conmigo —vuelvo a cortarlo. Me marcho sin esperar su
respuesta.
Resoplo.
Aunque
sea la nación donde nací, aunque viva aquí, no me siento parte de
ella. La detesto.
Todo
en este sitio, en la Nación del Fuego, todo cuanto me rodea son
amenazas, muertes y oscuridad; escondidas bajo falsos discursos
reconfortantes para la población.
Discursos
que dictan lo que la gente quiere escuchar y lo que parece ser mejor
para ellos.
Pero
al encontrarse en mi lugar, esas cosas son difíciles de ocultar.
Desde
aquí comprendes las verdaderas intenciones de Kassaik y su Consejo
Duodécimo:
Poder,
aún siendo consecuencia de muertes. Solo les interesa tener el
poder.
Sin
embargo, según Mme. Rosaire no siempre fue así.
Antes
de que Kassaik tomara el poder en la nación y nombrara a su Consejo,
Feuer era gobernada por un antiguo maestro fuego, lleno de sabiduría.
Junto
con el Consejo solo deseaban lo mejor para la nación y gobernaban
pacíficamente. Sin ataques, amenazas o matanzas.
La
gente que lo conoció cuenta que era el hombre más sabio e
inteligente de Feuer.
Recuerdo
que Mme. Rosaire me dijo una vez:
«La
sabiduría y la inteligencia no le sirvieron de ayuda ante la muerte»
Hace
al menos dos siglos, Jeffers murió de vejez, con 97 años.
Desde
entonces Feuer es gobernada por el antiguo linaje de Kassaik.
Me
adentro en el primer camarote deshabitado que encuentro.
La
joven se encuentra muy débil, necesitará reposo.
Lo
que halla hecho para defender a esa gente, la dejó al borde de la
muerte.
La
recuesto en el sofá, toco su frente, esta helada.
Veo
en sus manos una serie de cicatrices, frunzo el ceño. Las reconozco.
En
la mano derecha están marcadas varias líneas que siguen un patrón.
Un
símbolo. El Key.
Cuando
cumples los 16 años te hes asignado un símbolo según el elemento
para el que seas hábil.
El
Key no es más que el símbolo que nos identifica como ciudadanos de
cada nación.
Suelen
ser cuatro, uno por elemento. Sin embargo en algunos casos se obtiene
un quinto símbolo, distinto a los demás. El Shen.
Observo
mi hombro derecho, el Key es el mismo.
A
ambos nos asignaron el Shen. De alguna forma, ella y yo nos
parecemos, aunque no sea más que por un símbolo. Aún así, hacía
años que no veía otro Shen que no sea el mio.
Cuando
me fue asignado, pregunté a mi padre por su significado. Respondió
que solo es dado a pocas personas, aquellas que no son hábiles en su
elemento, llevan un proceso de entrenamiento más lento que el resto
y a veces, no llegan a especializarse en un elemento.
No
obstante, no me considero inhábil, sino todo lo contrario.
Observo
el Shen.
Toco
una por una las cicatrices.
Cuando
comencé a ser consciente de lo que en verdad sucede en Feuer, me
pregunté qué de todo lo que creía saber, era verdad.
Aprendí
a no confiar en nada, y si desconfiar de todo.
Ya
no confío en nadie, con excepción de Mme. Rosaire y mi mismo.
Muchos
me creen una persona introvertida, incapaz de lograr algo. No me
interesa.
Además,
aquí las apariencias engañan.
Observando
el Key en su mano, me pregunto si simplemente nos denomina como
inhábiles o si contiene algún otro significado.
Miro
a la chica, con la esperanza de tener las respuestas de ella.
Continúa
pálida.
—Máximo.
Me
estremezco.
Conozco
bien esa voz, y no traerá nada bueno.
Permanezco
de espalda y simulo ignorar su presencia.
—Es
una linda chica. —Avanza.
Me
interpongo entre el sofá y él.
Lo
miro con desprecio.
—¿Qué
haces aquí?
—Un
guarda me comentó que cruzaste las puertas del barco con un
extranjero.
Me
mantengo en silencio.
—Un
reclutado. —Añade.
—Así
es. —Afirmo sin temor.
Me
aparta y se acerca a la joven.
—Es
linda. —Reitera.
La
miro.
Admito
que tiene razón. No me había percatado de ello, pero es una chica
linda; y por eso debe permanecer lejos de él.
—Lástima
que no puedas mirarla mucho más.
Me
mira, fingiendo sorpresa e inocencia.
—Te
largas. —Explico.
Él
me mira, y no dudo en sostenerle la mirada. Retándolo.
Sé
que es una jugada peligrosa, pero no temo por lo que pueda hacerme.
No
temo por mi.
—Me
largo, —decide finalmente— pero ten cuidado con ella. Nos
veremos, Max.
No
respondo y espero a que se marche.
Me
tomo muy en serio su advertencia, sé que hará lo posible por volver
a encontrarse con ella.
Mme.
Rosaire llega unos minutos más tarde.
Es
una mujer baja y corpulenta, son sus cabellos largos siempre
recogidos en una goma. Cualquiera pasaría de ella, sin creerla una
amenaza.
Pero
también cualquiera que sea lo suficientemente inteligente, lo
pensaría dos veces después de ver sus armas.
Para
mi, es como mi madre. Después de marcharse mi madre, Rosaire fue
quién me cuidó.
Si
existe alguien a quien quiera en Feuer, es ella.
—Algo
va mal. Estas tenso. —Observa.
Le
cuento todo lo sucedido hasta ahora, y le pido una cosa más. Sé que
lo entenderá, y estoy seguro de que la cuidará como a una hija.
—Sabes
que corre peligro. Más ahora. No podemos dejarla sola, no con él
esperándolo.
Ella
me mira y sonríe.
—La
cuidaré mi niño.
Para
Mme. Rosaire soy como su hijo.
Perdió
a su único hijo Carlos cuando éste era un niño, pues era un
maestro aire.
Le
doy un beso en la mejilla.
—Gracias
Rosaire. —miro a la chica— Vendré a verla en cuanto pueda.
—Estará
segura. Ve.
Me
acerco al sofá y la contemplo por un segundo.
Al
cerrar la puerta lo sé.
No
puede quedarse aquí por mucho tiempo, pero mientras lo haga, nadie
va a lastimarla.
No
temo por lo que me pueda pasar, ni por lo que pueda hacerme Kassaik.
Temo por ella.
***
Los
días pasaban y el miedo crecía en mí cada vez más. Sabía que
Mme. Rosaire cuidaba de ella, pero incluso temía por sus seguridad.
Kassaik actúa a sangre fría, y no le supone ninguna lástima matar
gente para acceder a lo que desea.
Los
nervios aumentaban también, e iba de visita por el camerino siempre
que podía.
Hoy
tengo poco tiempo antes de tener que volver al entrenamiento, un
cuarto de hora, para ser exactos.
Me
paso por la habitación de todas formas, estoy impaciente.
Al
llegar veo que Mme. Rosaire ha hecho modificaciones. El camerino
tiene su toque personal. Me parece bien.
—Hola,
—saludo— ¿cómo va la cosa?
Por
el rostro de Rosaire se desliza una fugaz sonrisa.
—Bien,
esta mejorando.
Me
acerco y noto que tiene razón. No esta pálida y se ve mucho
más...viva.
Toco
su frente. La temperatura se ha regularizado.
Sonrío.
—Rosaire,
¡eres una mujer estupenda! —Le beso la frente.
—Tú
lo eres cariño mío. —Recuerdo
que antes solía molestarme que me llamara así, pero me he
acostumbrado, y ya incluso me gusta.—Y
ya puedes dejar de preocuparte tanto, que estas muy nervioso.
Vuelvo
a sonreír. Rosaire era la persona que mejor me conocía.
Paso
el resto de los minutos hablando con ella.
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jajaja esta muy bueno fefii
ResponderEliminarMuchas graciass Mati !! :)
EliminarMe encanta como escribis hermanitaa !!! ya te dije que si seguis asi vas a llegar lejos, que no te de verguenza compartir tu escritura por que de seguro no hay criticas jajaj te quiero fefitaa :3
ResponderEliminarSos una tiernaa, yo también te quiero Aylii :3 Graciass......no se, me gustaría llegar lejitos....pero lo veo difícil :) Y bueno, creo que recién me estoy dando cuenta de que soy vergonzosa :P Gracias otra vez, por apoyarme y por todo :D
EliminarDe nada fefiitaa no creo que este dificil por que sos re buena con esto te quieroo :3
ResponderEliminarNo se Ayli :P No creo, y ta, tampoco creo en esto
EliminarConfia un poco mas en vos misma hermanitaa jajajaj ti amuu
ResponderEliminarLo intentaré..... LY :D
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